Colegio de Nuestra Señora del Carmen
Identificación
Antiguo Colegio Nuestra Señora del Carmen. También se le conoce popularmente como "colegio de doña Áurea".
Ubicación
Avenida José Antonio número 23.
Arquitecto
Francisco Hernández-Rubio Gómez (1859-1950).
Fecha de Construcción
1920-1922.
Descripción
Aunque no hemos podido dar con los planos originales del colegio Nuestra Señora del Carmen, descripciones de la época, testimonios orales y el propio edificio ayudan a suplirlos, dada nuestra intención de evocarlo tal y como el arquitecto lo concibió. El colegio es una obra de madurez del jerezano Hernández-Rubio y, como tal, prima en él la preocupación por la comodidad y un mayor sentido de simplificación. Esto se comprueba en la funcional división de sus espacios interiores, donde distinguimos tres zonas bien diferenciadas, la de enseñananza, la de residencia para profesores y la de recreo. En la primera encontramos dos espaciosas aulas, una a cada lado del no menos hermoso vestíbulo, asimismo bilblioteca, sala de reunión y gabinete de recibo, estos últimos ubicados en una planta alta parcial, la única de todo el inmueble. A espaldas de esta zona las dependencias de profesores, que incluían dormitorios, comedor, cocina, retretes, despensa y cuartos de baño, para que el personal docente puediese vivir en ellas sin ningún tipo de aprietos. Y entre ambos sectores, un vasto patio embaldosado que permitiría divertirse a los niños sin abandonar el recinto escolar.
Del colegio cabe resaltar su sencillez y funcionalidad, también su solidez y sobriedad, perceptibles en la pieza más característica del conjunto, la fachada principal. Resaltaremos de ella su simetría y, sobre todo, el uso combinado de piedra ostionera y ladrillo. A ambos los emplea vistos, es decir, sin ningún tipo de revestimientos, el primero, en los muros, y, el segundo, como elemento decorativo, en zócalo, pilastras, cornisas y marcos de ventanas. Al utilizar piedra ostionera en los muros, aunque labrada, otorga mayor consistencia a la construcción.
Datos históricos
El colegio fue costeado por Serafín Romeu Fagés (1877-1937), empresario almadrabero, político liberal y, desde marzo de 1922, conde de Barbate por su labor benefactora. Éste confió a las hijas de la Caridad la dirección de la escuela, algo que hicieron hasta mediada la II República. Aquí residían e incluso habilitaron una de las dependencias como capilla. Tras su marcha, maestros nacionales ocuparían su lugar, siendo uno de ellos Áurea López de los Santos, que ejercería la docencia durante muchos años en este centro, dodnde también vivía.
En 1927 Serafín Romeu aportó la finca al capital social de la sociedad anónima General Almadrabera, de la que era accionista. Dos años más tarde esta entidad harío lo propio con respecto al Consorcio Nacional Almadrabero, aportación realizada gratuitamente y con la condición de que cuidase del sostenimiento de la escuela. Al liquidarse el Consorcio, en 1973, el Patronato Municipal de la Vivienda se planteó adquirir el edificio para convertirlo en residencia de ancianos, compra que se hizo efectiva en 1975. Desde 1979 hasta 1985 la residencia, promovida por Cáritas Interparroquial, estuvo en funcionamiento, eso sí, se ubicaba en una zona diferente a la de aulas. Cuando se disolvió el Patronato, en 1983, el Ayuntamiento de Barbate, como su sucesor universal, pasó a ser el propietario del inmueble.
Usos y estado de conservación
El interior del colegio se encuentra totalmente modificado, aún así, la primitiva zona de enseñanaza siguió teniendo tal uso hasta 2005, en concreto, las aulas de Educación Infantil del Colegio Público de Educación Infantil y Primaria Baesippo. En la actualidad, el Ayuntamiento destina las antiguas aulas a diversos usos. Lo que antaño fuera residencia para profesores hoy en día albera la sede de la Delegación de Tecnologías de la Información e Innovación y Desarrollo Sostenible. El vestíbulo acoge, además, una oficina de información turística.
Por el contrario, las fachadas mantienen en líneas generales su aspecto original, aunque se hayan acometido algunas actuaciones erróneas, como el cerramiento de la puerta situada en la fachada trasera, ele levantamiento más de un metro del muro que rodea el patio de recreo y la ruptura de la fachada en determinados puntos para instalar puertas. Con todo, el estado de conservación es bueno.
Situación administrativa
El edificio, como afirmamos antes, es propiedad del Ayuntamiento de Barbate.